Adecco Estudiantes 100 - Unicaja 98. Crónica.
Las baterías de costa del Unicaja funcionaron a pleno rendimiento en su segunda visita de la temporada a Madrid, pasaron por encima del Adecco Estudiantes en un tercer cuarto demoledor y, una vez habían amarrado medio partido, dejaron de escupir fuego y estallaron en la emboscada colegial, rematada por Carlos Jiménez, autor del 99-98 y un tiro libre de Andrés Miso, que mantienen abierto el camino de la Copa para los madrileños.
Buen Adecco Estudiantes y buen Unicaja en el Madrid Arena al margen del resultado. Los dos heridos por las huellas de la derrota, dos seguidas los madrileños (Alta Gestión Fuenlabrada y el Lukoil Academic búlgaro en la Copa ULEB) y una, pero dolorosa, después de ganar en el Palau metiendo 115 puntos, contra el Leche Río Breogán y en casa, el Unicaja. Los dos empeñados en la victoria y, los dos, dispuestos a dejarse el corazón.
A ambos, por tanto, les iba también un reto moral en el choque. Por eso se pasaron muchos minutos sin despegarse el uno del otro, a un palmo de distancia (24-27 en el primer cuarto; 49-51 en el descanso), hasta que el estadounidense Marcus Brown y el Unicaja tomaron el perímetro al asalto.
Hasta ahí parecía que iba a resistir el Adecco Estudiantes porque pasó sin verlo prácticamente de estar 55-56 (m.24) a perder por dieciséis (71-87). Espejismo. Los titulares del terreno están acostumbrándose a recortar diferencias largas, como el martes pasado en Sofía con el Lukoil. Positivo y negativo a la vez. Positivo porque habla de entrega y compromiso. Negativo porque, no siempre funciona. En Bulgaria salió mal. Contra el Unicaja bien.
La Copa aterriza esta temporada en Madrid y el Adecco Estudiantes, a falta de cinco jornadas para el final de la primera vuelta, la que decide los ocho finalistas coperos, está fuera de la competición. Justo el año que se juega en la capital. Malo para el club colegial y malo para el baloncesto español, que necesita la salud de sus equipos más representativos.
Los colegiales tienen una segunda vía de acceso, pero menos señorial. Si el Real Madrid se coloca entre los ocho primeros en ecuador de la primera fase liguera regalará el pasaporte para la Copa a los vecinos de la calle Serrano. Sea como fuere, Lo inmediato llegaba de Málaga, vestía de blanco y aspira a todo en todos los terrenos, la Liga, la Copa y la Euroliga: el Unicaja del italiano Sergio Scariolo.
El estadounidense Will McDonald y el hispano-argentino Hernán Jasen soportaron la carga ofensiva del equipo del Ramiro de Maeztu en los dos primeros cuartos. El Unicaja recurrió al también argentino nacionalizado Walterr Hermann y, desde luego, al estadounidense Marcus Brown, un jugador de auténtica delicia para los aficionados al buen baloncesto. Tablas y emoción hasta el descanso (49-51).
Sin embargo, cuatro minutos más dejaron al Adecco Estudiantes tendido en la zona tras encajar los directos a la boca del estómago que conectaron los hombres de Scariolo. Un parcial de 6-20 (61-76) tiró a la lona a los locales. Con precisión de cirujano, el Unicaja desaborló la pelea. Colocó los golpes, al sitio y en el instante preciso. Creyó que ya estaba todo hecho. Craso error.
El Adecco Estudiantes se batió hasta el final y, a falta de catorce segundos, había hecho el milagro gracias a una bandeja de Carlos Jiménez (99-98).
El internacional español también intervino en la última jugada, pero con peor suerte, ya que le señalaron falta sobre Brown a menos de nueve segundos de la bocina. El estadounidense falló los dos y Miso cargó con la responsabilidad de los dos últimos tiro libres. También falló, aunque sólo uno y Brown no pudo acertar con un último triple desesperado.
Fuente ACB.COM
Buen Adecco Estudiantes y buen Unicaja en el Madrid Arena al margen del resultado. Los dos heridos por las huellas de la derrota, dos seguidas los madrileños (Alta Gestión Fuenlabrada y el Lukoil Academic búlgaro en la Copa ULEB) y una, pero dolorosa, después de ganar en el Palau metiendo 115 puntos, contra el Leche Río Breogán y en casa, el Unicaja. Los dos empeñados en la victoria y, los dos, dispuestos a dejarse el corazón.
A ambos, por tanto, les iba también un reto moral en el choque. Por eso se pasaron muchos minutos sin despegarse el uno del otro, a un palmo de distancia (24-27 en el primer cuarto; 49-51 en el descanso), hasta que el estadounidense Marcus Brown y el Unicaja tomaron el perímetro al asalto.
Hasta ahí parecía que iba a resistir el Adecco Estudiantes porque pasó sin verlo prácticamente de estar 55-56 (m.24) a perder por dieciséis (71-87). Espejismo. Los titulares del terreno están acostumbrándose a recortar diferencias largas, como el martes pasado en Sofía con el Lukoil. Positivo y negativo a la vez. Positivo porque habla de entrega y compromiso. Negativo porque, no siempre funciona. En Bulgaria salió mal. Contra el Unicaja bien.
La Copa aterriza esta temporada en Madrid y el Adecco Estudiantes, a falta de cinco jornadas para el final de la primera vuelta, la que decide los ocho finalistas coperos, está fuera de la competición. Justo el año que se juega en la capital. Malo para el club colegial y malo para el baloncesto español, que necesita la salud de sus equipos más representativos.
Los colegiales tienen una segunda vía de acceso, pero menos señorial. Si el Real Madrid se coloca entre los ocho primeros en ecuador de la primera fase liguera regalará el pasaporte para la Copa a los vecinos de la calle Serrano. Sea como fuere, Lo inmediato llegaba de Málaga, vestía de blanco y aspira a todo en todos los terrenos, la Liga, la Copa y la Euroliga: el Unicaja del italiano Sergio Scariolo.
El estadounidense Will McDonald y el hispano-argentino Hernán Jasen soportaron la carga ofensiva del equipo del Ramiro de Maeztu en los dos primeros cuartos. El Unicaja recurrió al también argentino nacionalizado Walterr Hermann y, desde luego, al estadounidense Marcus Brown, un jugador de auténtica delicia para los aficionados al buen baloncesto. Tablas y emoción hasta el descanso (49-51).
Sin embargo, cuatro minutos más dejaron al Adecco Estudiantes tendido en la zona tras encajar los directos a la boca del estómago que conectaron los hombres de Scariolo. Un parcial de 6-20 (61-76) tiró a la lona a los locales. Con precisión de cirujano, el Unicaja desaborló la pelea. Colocó los golpes, al sitio y en el instante preciso. Creyó que ya estaba todo hecho. Craso error.
El Adecco Estudiantes se batió hasta el final y, a falta de catorce segundos, había hecho el milagro gracias a una bandeja de Carlos Jiménez (99-98).
El internacional español también intervino en la última jugada, pero con peor suerte, ya que le señalaron falta sobre Brown a menos de nueve segundos de la bocina. El estadounidense falló los dos y Miso cargó con la responsabilidad de los dos últimos tiro libres. También falló, aunque sólo uno y Brown no pudo acertar con un último triple desesperado.
Fuente ACB.COM