Tau Cerámica 85 - Unicaja 56. Crónica
El Tau Cerámica fue muy superior en intensidad y defensa a un Unicaja (85-56) que metió sólo diez puntos en el primer cuarto y ocho en el tercero.
Igualdad inicial (11-10), con una alta intensidad defensiva, que dificultaba enviar balones a los interiores. Sobre todo a los del TAU, porque Scariolo apostó en ataque por jugar con Santiago dentro y los otros cuatro por fuera.
Con tanto exterior, el técnico italiano apostó por los triples -tiró 27 intentos de dos y 28 de tres- y así le fue, con sólo siete triples convertidos.
Pronto, la presión local forzó los errores de los malagueños, lo que obligó a Scariolo a pedir su primer tiempo muerto con seis arriba del TAU.
No cambió el panorama, y el primer cuarto terminó doblando el local al visitante, 20-10, debido al uno de siete en tiros de tres malagueño. A ello se sumó al dominio de Splitter (ocho puntos y cinco rebotes en este cuarto) bajo los tableros.
Scariolo en el segundo cuarto buscó un revulsivo con Berni de base y el renqueante Jiménez en pista, planteando una zona, rota en la primera jugada con un triple de Arslan.
Planinic puso el 27-10: los malagueños llevaban ocho minutos sin meter un punto, sufriendo un parcial de dieciséis-cero. De 11-10 a 27-10, hasta que De Miguel rompió la sequía.
El ritmo rápido del TAU martilleaba a los malagueños, y los veinte de diferencia se alcanzaron en el minuto quince. Peor no podía ir para el Unicaja, así que fue a mejor: consiguió reducir la ventaja gracias a un par de triples -alguno tenía que entrar con Santiago en el banco y todos jugando por fuera- y los fallos en ataque del TAU.
Al descanso, 43-32, y la sensación de que los malagueños, tras ser arrollados, habían conseguido no irse del partido.
Fue una impresión ficticia: al Unicaja le costó casi tres minutos anotar su primer punto de la segunda parte, un tiro libre. La siguiente canasta, cuatro minutos después.
El TAU no anotaba mucho, pero lo suficiente para conseguir veintitrés de ventaja. La superioridad defensiva local era desoladora para un ataque visitante sin ideas. Al final del tercer cuarto, 61-40.
Con esa ventaja, el último cuarto no tuvo ninguna historia, con ventajas de 26 puntos durante buena parte del cuarto. Un triple de Arslan cerró el partido y los 29 de diferencia.
Fuente: ACB.COM
Igualdad inicial (11-10), con una alta intensidad defensiva, que dificultaba enviar balones a los interiores. Sobre todo a los del TAU, porque Scariolo apostó en ataque por jugar con Santiago dentro y los otros cuatro por fuera.
Con tanto exterior, el técnico italiano apostó por los triples -tiró 27 intentos de dos y 28 de tres- y así le fue, con sólo siete triples convertidos.
Pronto, la presión local forzó los errores de los malagueños, lo que obligó a Scariolo a pedir su primer tiempo muerto con seis arriba del TAU.
No cambió el panorama, y el primer cuarto terminó doblando el local al visitante, 20-10, debido al uno de siete en tiros de tres malagueño. A ello se sumó al dominio de Splitter (ocho puntos y cinco rebotes en este cuarto) bajo los tableros.
Scariolo en el segundo cuarto buscó un revulsivo con Berni de base y el renqueante Jiménez en pista, planteando una zona, rota en la primera jugada con un triple de Arslan.
Planinic puso el 27-10: los malagueños llevaban ocho minutos sin meter un punto, sufriendo un parcial de dieciséis-cero. De 11-10 a 27-10, hasta que De Miguel rompió la sequía.
El ritmo rápido del TAU martilleaba a los malagueños, y los veinte de diferencia se alcanzaron en el minuto quince. Peor no podía ir para el Unicaja, así que fue a mejor: consiguió reducir la ventaja gracias a un par de triples -alguno tenía que entrar con Santiago en el banco y todos jugando por fuera- y los fallos en ataque del TAU.
Al descanso, 43-32, y la sensación de que los malagueños, tras ser arrollados, habían conseguido no irse del partido.
Fue una impresión ficticia: al Unicaja le costó casi tres minutos anotar su primer punto de la segunda parte, un tiro libre. La siguiente canasta, cuatro minutos después.
El TAU no anotaba mucho, pero lo suficiente para conseguir veintitrés de ventaja. La superioridad defensiva local era desoladora para un ataque visitante sin ideas. Al final del tercer cuarto, 61-40.
Con esa ventaja, el último cuarto no tuvo ninguna historia, con ventajas de 26 puntos durante buena parte del cuarto. Un triple de Arslan cerró el partido y los 29 de diferencia.
Fuente: ACB.COM