Unicaja 71 - Valencia Basket 74. Crónica
Bandeja de Granger
El Carpena vivía una mañana de domingo con uno de los mejores partidos de la temporada, el clásico de Liga Endesa ante el Valencia Basket Club. El equipo de Joan Plaza, con las importantes bajas en la línea exterior de Urtasun y Toolson, tenía ante sí a uno de los equipos que mejores sensaciones está dejando tras la pretemporada y los primeros partidos oficiales.Los primeros compases del partido estuvieron marcado por el acierto de los valencianos, que tenía a Lishchuk a su mejor hombre con 6 puntos consecutivos que dejaban el marcador en los primeros 3 minutos con 4-11. El Unicaja reaccionó y devolvió el parcial, esta vez era un 12-0 para los malagueños, dejando el partido con 16-11. La clave de estos minutos fue la defensa que propició pérdidas de los valencianos que se convertían en contraataques malagueños. Perasovic solicitó tiempo muerto, e incluso colocó a su equipos en zona 1-3-1 para intentar cambiar el ritmo de un Unicaja que se encuentra mucho más cómodo corriendo y cruzando rápido la pista. El entrenador balcánico del Valencia consiguió su propósito, que además se combinó con el acierto ofensivo de sus jugadores en el último minuto del primer cuarto, terminando 21-22 este primer envite entre malagueños y valencianos.
En el 2º cuarto el Valencia Basket Club consiguió llevar el tempo del partido y no permitió casi en ninguna ocasión que el Unicaja pudiera correr con facilidad. El partido sin dinamismo fue poniéndose poco a poco de cara para los visitantes, con 29-35 a su favor a poco más de 4 minutos para el descanso. Además del trabajo defensivo de Valencia, los de Perasovic estuvieron acertados desde la línea de 6,75, sobre todo el alero Romain Sato, que anotó en este cuarto 10 puntos. En el último minuto 3 triples seguidos de los valencianos hicieron que la ventaja se ampliara hasta los 10 puntos con los que se llegó al descanso (36-46).
Tras el regreso del vestuario el Unicaja intentó cambiar el panorama del encuentro subiendo la intensidad en ambos lados de la pista, pero eso hizo que se cometieran faltas. El Unicaja conseguía aguantar e incluso acercarse en ocasiones a los valencianos (44-51 m.26). La lucha era muy dura y uno de los jugadores que se vio afectado en la batalla de las posiciones interiores fue Fran Vázquez, que en el minuto 27 cometió su 4ª falta personal y y se tuvo que ir al banquillo. El partido se ponía muy crudo para el Unicaja, llegándose al cuarto decisivo con 50 a 60 para el Valencias Basket Club.
El partido se ponía muy complicado con tan sólo 10 minutos por delante e incluso se puso más oscuro cuando un triple de Van Rossom ponía 50-65 el marcador en el minuto 33. Pero el alma del Unicaja y su capacidad de lucha y sufrimiento es muy grande. El equipo peleó más que nunca cuando más se le complicaron las cosas y eso es de agradecer. El cambio en el partido comenzó con la defensa del Unicaja, que se puso en Zona 2-3 que atragantó la facilidad anotadora valenciana y forzó robos y pérdidas favorables al Unicaja. El Carpena apretaba y era un defensor más. El resultado de este esfuerzo en la pista y en la grada, parcial de 9 a 0 con la conexión lituana Domas-Mindaugas como protagonistas (61-67 m.37). Pero de nuevo apareció el hombre del partido, Romain Sato que con un triple desde la esquina ponía +9 a su equipos y le daba tranquilidad a sus compañeros (61-70).
En el baloncesto todo es posible y en el Carpena lo hemos visto muchas veces. Dos tiros libres de Fran ponían el partido 63-70 y había tiempo muerto en pista cuando restaban 2 mimuntos justos. El Unicaja en defensa siguió en zona, la cual en ningún momento pudo superar el equipo de Perasovic. De hecho, en estos dos minutos sólo consiguió anotar desde el tiro libre. Había que remontar 7 puntos y el Unicaja lo intentó de todas las maneras y tuvo sus opciones, en las que creían todos los aficionados del Carpena cuando una canasta de Dragic ponía 69-71 el partido a falta de 50 segundos. El Valencia tenía bola y de nuevo lo pasó muy mal para encontrar el agujero a la zona malagueña. Más aún, cuando quedaban apenas 30 segundos para el final, Caner-Medley robó en línea de pase y cuando parecía que se iba habia el aro recibió contacto de Doellman, que para los árbitros no fue falta, y perdió el balón. El Carpena estalló ante los árbitros, de los que ya se había quejado durante todo el partido por la permisividad a la defensa valenciana. Al final, el partido se convirtió en un carrusel de tiros libres y tiempos muertos buscando la jugada salvadora, pero todo se quedó en intento de remontada para los malagueños, que incluso tuvieron la última bola para lanzar de 3 e igualar un partido que terminó 71-74.
Derrota de los malagueños en un bonito partido que se decidió por detalles. Lo que parece seguro es que estos dos equipos darán mucho que hablar durante el año.